Asesinato de Padre Marcelo
México, a 20 de octubre de 2024
A la opinión pública solidaria.
A los medios de comunicación.
A las instancias internacionales de Derechos Humanos.
A los Pueblos Indígenas de Chiapas, de México y del Mundo.
Hermanos y hermanas.
Con mucho dolor, tristeza y mucha indignación hemos
conocido del asesinato de Padre Marcelo al salir de dar
misa la mañana del domingo 20 de octubre. Desde los
distintos lugares donde nos encontramos queremos
enviarles un abrazo solidario y decirles:
NO ESTÁN SÓLOS.
Sabemos de la difícil situación de violencia que se está
viviendo en Chiapas, incluyendo los territorios de las
comunidades zapatistas. Compartimos su dolor y su
angustia desde otros territorios que también viven bajo
el asedio del Crimen Organizado y sus grupos armados.
Por ello sabemos del silencio que impone la muerte de
una persona tan valiente como la de Padre Marcelo.
Desde acá reconocemos su coraje y su determinación
para no quedarse callado frente al abuso del poder de
los grupos armados y de los gobiernos cómplices.
Mediante este posicionamiento público también hoy
nos sumamos a las miles de voces que exigen a las
autoridades de los tres niveles de gobierno que se
desarrollen todas las medidas necesarias para atender
las justas demandas de los pueblos y comunidades
indígenas de Chiapas, con las que caminó Padre
Marcelo defendiendo la esperanza y la Justicia.
Como lo denunciamos en comunicados previos, Padre
Marcelo había recibido diversas amenazas y se
encontraba en riesgo como resultado de su trabajo de
defensa de derechos humanos, por estas razones desde
2015 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) ordenó al Estado mexicano la implementación
de medidas cautelares en su favor. Frente a estas
reiteradas denuncias de organizaciones locales,
nacionales e internacionales, el gobierno mexicano no
fue capaz de atender sus demandas y garantizar las
condiciones de seguridad necesarias. Al contrario, la
fiscalía estatal llegó al extremo de criminalizarlo con
una orden aprehensión y fortalecieron una campaña de
desprestigio en su contra.
Frente a estas estrategias de desinformación y
criminalización es importante hoy honrar su memoria y
dar testimonio de su incansable lucha por la paz y su
compromiso con los derechos individuales y colectivos
de los Pueblos Indígenas.
Exigimos que el Gobierno Federal, en coordinación con
los gobiernos estatales, municipales y con una amplia
participación de la sociedad civil, especialmente de los
pueblos indígenas, diseñen una estrategia integral de
seguridad no militarizada que contenga y atienda la
operación de los grupos de la delincuencia organizada
y los grupos armados. Además de promover espacios de
reflexión, diálogo y formación en torno a la construcción
de paz en las comunidades indígenas con un énfasis en
la seguridad ciudadana, los derechos humanos y en un
marco de pertinencia cultural, respetando los
derechos colectivos de los Pueblos Indígenas,
incluyendo el respeto de la autonomía y la libre
determinación del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional y sus Bases de Apoyo en general.
Nos sumamos a la exigencia de que se realicen acciones
urgentes y necesarias a efecto de garantizar y proteger
la vida, la integridad y la seguridad personal de las
comunidades indígenas, incluyendo a las familias Bases
de Apoyo Zapatista, evitando que escale la situación de
violencia y riesgo que se ha denunciado en diversas
regiones del estado de Chiapas.
De la misma manera se debe investigar de manera
pronta y adecuada para identificar las personas
responsables, desarticular y desarmar al grupo o grupos
que operan en las diferentes zonas y regiones donde
trabajaba Padre Marcelo y que se han denunciado en
diversas comunicaciones públicas.
Hoy despedimos a Padre Marcelo cantando a coro una
de las frases que muchas veces cantamos con él: “¡No
tenemos miedo! Queremos que nuestro país, sea feliz
con amor y libertad.”
¡Los pueblos indígenas de Chiapas no están solos!
¡Exigimos justicia para Padre Marcelo!
¡Justicia para los Pueblos Indígenas!